Si hay algo que he aprendido en estos cuatro años haciendo fotografía erótica/sensual, es que no importa la forma del cuerpo que tengan las mujeres, no importa su estatura, ni su peso, la inseguridad las ataca a todas, a unas les afecta más que otras, pero muy pocas se “salvan” del cruel y destructivo ataque de la autoflagelación psicológica y espiritual que significa vivir siendo inseguras de sí mismas.
Es por esto que el rol más importante que asumo a la hora de realizar una sesión de fotos no es el de fotógrafo, es el de una persona que les hace ver lo hermoso que tienen, lo bellas que son sólo por ser quiénes y cómo son, lo atractivo que cada cuerpo es en su esencia, en su naturaleza humana y real.
Y es que muchas -la mayoría- de las que llegan a fotografiarse lo primero que hacen es decirme lo feo o malo que tienen; “tengo los senos pequeños”, “odio mi trasero”, “por favor bórrame las estrías”, “este lado de mi cara es horrible”, “odio el rollo que se me hace en el calzón”, “no me gusta mi nariz, mis ojos, mis labios, mis pecas”. Quizás más de alguna de estas frases te parezca conocida, común o incluso es algo que tú dirías en una situación en la que expondrías tu cuerpo a los ojos de un tercero.
Sin embargo, también he notado un patrón muy interesante y constante. Las chicas “menos” agraciadas tienden a ser más seguras, ojo con esto, cuando digo “menos agraciadas” me refiero específicamente a esas mujeres que no entran en el estándar cultural creado por la publicidad y la moda en la última década (dígase chicas delgadísimas, con curvas armadas en photoshop, pieles imposibles, y todo lo demás), estándar contra el que lucho cada vez que hago una sesión de fotos, porque para mi como hombre y fotógrafo, toda mujer tiene algo único y hermoso, sea baja, alta, delgada o con kilos extra.
Ahora, volviendo a la idea, estas chicas suelen llegar con una energía gigantesca a las sesiones de fotos, se sienten llenas de una confianza tan abrumadora que es imposible no capturarla en mis fotografías. ¿Por qué pasa esto?, ¿Por qué aquellas mujeres que escapan de la regla son más felices que las que la cumplen?, ¿Por qué son ellas y no las “perfectas” las que se sienten más seguras? En lo personal, he llegado a una conclusión bastante obvia que, si todas las mujeres la tuviesen en cuenta y aplicaran, sus vidas serían mucho más felices y libres:
La inseguridad sólo se cura decidiéndolo.
¿Qué? Eso mismo, puede ser simplista, pero las respuestas suelen ser más simples de lo que se cree. La única forma de sentirse feliz con uno mismo es decidir aceptar y valorar lo que se tiene y dejar de sufrir por lo no se tiene. Empezar a ver -y apreciar- las virtudes que inevitable e indudablemente posee cada uno es la forma exacta para sentirse libre, sentirse atractivo y sexy.
Sé que mi opinión no será del agradado de much@s, pero la verdad es que ninguna operación de senos, liposucción, implante, botox, o cualquier otra cosa dentro de esa enorme variación de modificaciones corporales existentes, podrá darle a una mujer la seguridad que anhela, no importa que artificial o naturalmente sea “perfecta”, si en su mente no se convence de que es hermosa, no habrá nada, ni nadie que pueda convencerla.
Piénsenlo, ¿cuantas veces le han dicho a esa amiga que está flaca, que es linda o que tiene un cuerpo envidiable, sólo para recibir un “estoy gorda” de vuelta? La inseguridad es algo completamente personal. Sí, uno siempre puede apoyar, pero la decisión de sentirse bien, de amarse, de valorar lo que se tiene, siempre será personal.
Entonces, chicas, amigas mías, hermanas, primas y todas las mujeres que lean este artículo. Ustedes son hermosas, no importa si tienen un rollito extra, o si sus senos son más grandes o más pequeños, no importa si son altas o bajas, lo único que importa es que se acepten a ustedes mismas.
– Vida Fitness
Ok, ok, antes de que alguien venga a retarme: no, no estoy diciendo que las personas que se sientan mal con su cuerpo no deberían hacer nada más que aceptarse, el ejercicio y la vida sana siempre es un buen camino para tener un cuerpo sano y escultural, es mil veces mejor que cualquier operación o modificación artificial porque no sólo cuidas tu cuerpo al vivir sano, también tu cabeza.
Sin embargo, no todas tienen (o quieren) está opción, a esas personas les vuelvo a repetir, pueden ser felices si aceptan quiénes son, olvídense de la mirada de los demás, olvídense de las falsas estupideces que ven en la publicidad, la única mirada que realmente importa es la suya. Amen ese rollito, amen esas pecas, ese pelo natural, esa estatura, amen las líneas de su trasero y la forma de su nariz, amen quienes son y nadie podrá hacerlas sentir feas. Lo prometo.
– La suerte de la fea
Quiero terminar con un pequeño comentario sobre una frase que, por alguna razón, desde que hago fotografías cada vez la escucho más.
¿Alguna vez han oído el dicho “La suerte de la fea, la bonita la desea”? Para los que no, en mi país (Chile) es una frase que se refiere a que las mujeres “feas” suelen tener más suerte que las “bonitas” con los hombres, no sólo en lo que se refiere a salir con muchos, sino también, al amor y todo lo que tiene relación con él.
Bueno, aprovecho este espacio para decir que dicho concepto es una soberana idiotez, pero no porque el dicho diga algo erróneo, si no, porque lo dice mal. No es “suerte” y no es “fea”, es actitud y hermosa. Es la seguridad la que es atractiva, es esa aura que irradian las mujeres que aman quienes son la que atrae a los hombres (y mujeres), es ver en la forma de caminar, en la forma de hablar y expresarse la seguridad saliendo por cada parte de su ser. Y, por favor, dejemos de alimentar la idea de que existen mujeres feas o bonitas, ambos conceptos son completamente subjetivos y, lo que es feo para ti puede ser hermoso para el de al lado.
No es la suerte de la «fea» lo que la «bonita» desea, es la seguridad de una mujer que se ama a sí misma.
– Sesión de fotos
Si algún día quieres ver lo hermosa que realmente eres, te invito a una sesión de fotos. Te prometo que ahí descubrirás que eres hermosa, sin edición, sin photoshop, sin mentiras.
Solo escribe a [email protected], sígueme en Instagram y nos organizamos.
2 respuestas
Ojalá no estuvieras tan lejos, jajaja, la verdad que cada palabra de tus post, llegan al corazón, y más allá de mi reciente hipersensibilidad, lloro de la emoción.
No sé cómo llegué a tu insta, pero es algo maravilloso eso q intentas con tu trabajo, de brindar seguridad a las mujeres. Me encanta tu trabajo, aplausos, aplausos!!!
Hola Ceci, muchas gracias por comentar, y me alegra que te haya gustado mi publicación. Quizás algún día podamos hacer una sesión de fotos juntos, ¿quién sabe?, un abrazo grande!